Mi tío Máximo era mecánico,
bohemio y amigo de excelentes guitarristas, trabajaba en el taller de Chucho
Borregales, allí también trabajaba Pablito Faneite, un flaquito de ojos verdes
fans numero uno de Carlos Gardel, usaba sombrero y un traje claro de lino,
tocaba la guitarra e interpretaba todas las canciones del morocho de la cuadra.
Venía de una estirpe de contrabandistas, brujos y tamboreros venidos de las
antillas y como era de suponer amigo de Máximo quien le propuso un día
parrandear en el barrio Chimpire donde el conocía un enjambre de mujeres
bellas, así fue que hicieron su entrada
triunfal cantando tangos, pero la mujer que resultó flechada por la elegancia
del flaquito, fue la hermana de Máximo, Bella Gotopo de apenas 16 años,
enseguida comenzaron un amor clandestino que se hizo publico cuando se hizo
palpable el embarazo. Cuando Máximo se entero le cayo a golpes a Bella y luego
le dio unas patadas a Pablito, pero el viejo Adolfo los protegió y se los llevo
a vivir a la calle Purureche, Pablito trabajo en la refinería de Amuay y eso le
permitió hacer su propio taller detrás del loco lindo, Bella compro muchas
maquinas de coser y construyo una fabrica de sombreros, luego alquilaron una
casa en la calle Brion y después Bella construyó su casa en la calle Aurora, un
guitarrista llamado Miguel Camacho la construyó, allí la pareja termino de
criar a sus doce hijos, Bella trabajaba hasta las cuatro de la mañana, porque
su meta era enviar sus hijos a estudiar en la universidad y lo logro, era una
mujer como venida de las comunas del neolítico superior, su filosofía de vida
consistía en ayudar a los demás, prefería quedar sin comida, quedar sin ropa ,
sin dinero porque su misión era proteger y dar felicidad, un amigo la llamo una
madre cósmica, siempre atenta a solucionar los problemas de sus semejantes, y
lo mas importante, aunque muchos se aprovecharon de su bondad, jamás albergó
odio en su corazón, La recuerdo en si
silla mecedora cantando con su preciosa voz una canción de Daniel Santos, yo le
construí una casita pequeña con vista a las cumaraguas, en una colina de mi
corazón , hace cinco días voló detrás de una migración de torcazas sobre el mar
de la ciénaga del cabo, era mi madre, soy una nube de su propio cielo, una
turbulencia de su sangre, ando dando tumbos disimulando mi tristeza, sin saber
como defenderme de un extraño silencio que me persigue.
José Gotopo
2012
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