Los Pintores del Taller Adicora
El
pueblo de Adicora tiene un singular encanto, a mediados del siglo XX mantenía
una estrecha relación comercial con Las Antillas Neerlandesas, pero la
construcción de las refinerías de Amuay y Punta Cardón la fueron minando y
ahora solo es un pueblo pintoresco a orillas del mar, con bellas casa que datan
de la colonia y posadas veraniegas donde suelen pasar vacaciones los temporadistas que añoran escuchar
la efervescencia de su oleaje.
Esta
comarca es un destino turístico, una aldea de pescadores y contrabandistas, una
encrucijada de abastecimiento para los pueblos circunvecinos y extrañamente un
epicentro de la pintura.
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Aquella veladas se convirtieron en un
hervidero de ideas confrontadas, se habían topado la teoría y la práctica en un
paisaje de belleza única. Emiro Lobo era un excelente pintor y dibujante,
Manuel Espinoza le consiguió una beca para estudiar en Alemania cuando Emiro
aun era menor de edad, allí su temperamento se tensó con la alquimia de los
expresionistas, eso lo convierte en el pintor más desenfadado que ha habido
entre nosotros, él se encargó de enseñarnos el lenguaje de la gestualidad en el
dibujo y la pintura.
Siempre
amable y sonriente, un cigarrillo encendido entre los labios y exorcizado por
el aroma del ron de la caña de azúcar, para Emiro el acto de pintar era una
lucha cuerpo a cuerpo con la tela, una inmediatez que solo logran los grandes
dibujantes, para todo expresionista pintar es trazar con el color.
Se me olvidaba decir que tanto Emiro
como Nicasio trabajaron el diseño gráfico y la publicidad de manera paralela
con el arte de la pintura, una se nutría de la otra y viceversa, al tiempo que
establecieron una amistad con toda la intelectualidad falconiana, sobretodo con
poetas y narradores, con los cuales colaboraron durante décadas en el diseño de
libros y revistas y sobre todo ilustraciones de textos donde sus improntas
dejaron una huella inalterable en la historia editorial del estado.
Nicasio Duno es de los artistas más completos de Venezuela, domina todas las técnicas del dibujo y la pintura, su serie de personajes elaborada en plumilla en la década del setenta, es representativo de la nueva figuración en su mejor momento, Nicasio es un dibujante genial, su pintura que va de la figuración a la abstracción orgánica, esta construida a base de colores armónicos y pinceladas temblorosas y gestuales, un manera poética de reinterpretar y narrar las cosas de la vida cotidiana.
Como buen coriano Nicasio Duno es un
gran conversador, a ningún pintor le va tan bien la corianidad como a él, la
primera vez que lo vi fue en el año 1979, estaba vestido de blanco y la gente
lo rodeaba y lo aplaudía en el antiguo club de la CANTV, allí bailaba con mucha
destreza una canción de Las Estrellas de Fania.
Nicasio es uno de los mejores
pintores de nuestra historia y su amistad con Emiro Lobo es un ejemplo
invaluable de camaradería y solidaridad, pero la bohemia hizo estragos en la
humanidad de Emiro Lobo, el exceso de ron y cigarro le produjeron un cáncer en
la garganta que lo fue minando lentamente, la última vez que hablamos me llamó
por teléfono a Maracaibo para pedirme que lo acompañara a una consulta, pero
dos días después el pintor Benito Mieses me dijo que Emiro había muerto. Nos
queda su lección de maestro del dibujo y la pintura, la síntesis de la forma y
la economía de la línea como si se tratara de un calígrafo japonés, los
pintores de la ciudad de Coro nunca olvidaremos sus valiosas lecciones.
José Gotopo
07-04-2012
1 comentario:
Que buen post, es my completo. Nunca me imaginé que la propia Lía Bermúdez hubiera tenido su casa en paraguaná, indudablemente estos paisajes deben tener alguna afectación en la vena artística de cualquiera.
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